El hombre Maya se sincronizaba a diferentes escalas con los ciclos de la naturaleza, así aprovechaba conscientemente al sol para aumentar su energía vital y producir estados de unidad de consciencia.
La primera escala es muy íntima y cercana, se siente con el latir del corazón, que cambia de ritmo al estar despiertos o dormidos. La cantidad de energía que recibimos del sol produce el ciclo básico del hombre. En el día la recibimos directamente, con abundancia , en la noche muy poca, sólo la reflejada por la Luna. Los Mayas llamaban al dia Kin. Era su unidad de medida básica para el paso del tiempo a ella se refieren todas las otras unidades de medida.
Los Mayas encontraron que un número y un día son una misma cosa, representan la unidad básica de medida relativa al sol, el Kin, el dia. Vieron también que dependiendo de la energía que se recibiera del Sol, cada día era distinto a los otros días, mueve la energía de manera diferente, produce una sensación distinta, distintos estados de ánimo, distintos estados de la mente, del espíritu.
Lo que diferencia fundamentalmente un día de los otros, es la ubicación del Sol y la Luna, la cantidad de energía que envían a la tierra produce una frecuencia de vibración distinta y distintos sucesos naturales.Entonces, cada Kin, cada día suena, convirtiéndose en la base de una canción que produce todo el universo. Cuando el hombre siente esa melodia, se sincroniza con ella, con todo lo que existe y encuentra su felicidad.
20 días sucesivos conformaban un “Uinal”, un mes. Es la primera armonía producida por los días, al moverse la Tierra alrededor del sol. Es la armonía que escucha la comunidad cuando siente el ritmo de la tierra. Cada “Uinal” tiene su propio nombre, 20 nombres o vibraciones diferentes, que se repiten en ciclos indefinidamente.
18 Uinales de 20 días se agrupan en el año Maya, El Tun. Es la melodía que la tierra y el sol producen en su recorrido enamorado. Una medida necesaria para predecir los cambios, de estaciones y de clima producidos por el sol, que afectan su vida, sus actividades, los tiempos de siembra y cosecha. Cada año, cada Tun, el planeta gira 360º alrededor del sol, para ellos cada grado recorrido en la circunferencia representa un Kin, un día. Por eso su año tenía 360 kines.
Como el año solar tiene 365 días, lo completan con 5 kines adicionales de transición, llamados Uayeb, considerados nefastos, de mal aguero, en los que no se hacía ninguna actividad, sino purificarse y festejar la llegada del año nuevo.
20 Tunes producen un Katun, una nueva unidad de medida, 20 años o 7.200 kines. Esta escala siente la canción armoniosa, el ritmo del sistema solar. Sirve para determinar las posiciones en que cada uno de los planetas reflejan de mejor manera la luz del sol hacia la tierra.
20 Katunes producen un Baktun, 400 tunes o años mayas, 144.000 kines. El ritmo aumenta nuevamente 20 veces, a una escala cósmica, Una medida que aparece en la Biblia, en el apocalipsis.
El capítulo siete, versículo tres dice: “Oí también el número de los señalados, que eran ciento cuarenta y cuatro mil…”Es la medida Maya básica de tiempo para toda la galaxia, el ciclo que permite sentir los movimientos del sistema solar alrededor del sol central. 13 medidas de 400 tunes producen 5200 tunes que es el tamaño del ciclo galáctico.
13 Baktunes dan la medida del gran ciclo del sistema solar en su giro por la galaxia, 5200 años mayas de 360 kines, entre rayo sincronizador y rayo sincronizador. Equivalen a 5.125 años nuestros de 365 días.
Ellos lo llamaban la gran rueda de los 13 Baktunes, un ciclo de tiempo en el que el sistema solar produce una canción galáctica, el tiempo prudencial que da el universo, para que una civilización se desarrolle y culmine un proceso evolutivo. Es la unidad base de tiempo que da realidad a las profecías Mayas. 5.125 años de nuestro calendario, 5200 años del calendario Maya. Atravezando el último Katún, los últimos 20 años de ese periódo de tiempo es donde nos encontramos ahora en 1999.
En el tiempo del No-tiempo, en el momento de cambio evolutivo que nos explicaba la primera profecía y que vimos en el programa pasado. En los últimos 13 años de nuestra civilización a punto de entrar en la luz de la galaxia. Cuando la esencia del hombre se afina o se sincroniza con la esencia de los días, logra estados superiores en la mente y en el espíritu. Experiencias de ser y de sentir, como la telepatía, los poderes de sanación y la capacidad de mirar en el tiempo. Cuando los Mayas entienden esto, deciden representar esas sensaciones, esas cualidades, esas vibraciones, esos sonidos que producen cada número y cada día, en un símbolo.
La mente del hombre permite interiorizar fácilmente la sensación que produce un día a través de un símbolo que lo represente universalmente, un arquetipo.El símbolo tiene un efecto inmediato en la manera de sentir y pensar del hombre, permitiéndole ordenar su universo interno y externo.
La simbolización de los días permite visualizar fácilmente las cualidades del día que se vive y de los otros que vienen. Esto permitie al hombre tomar decisiones inmediatas y predecir como puede ser el mismo día en el año entrante, volviendo el cambio predecible. El calendario se convierte en un oráculo para predecir la vida. Los Mayas representan cualidades y sensaciones en los símbolos solares sagrados, 20 glifos, cada uno representa un estado del espíritu. Comprobaron que interiorizándolos lograban aumentar su energía interna y sincronizarse con la naturaleza.
Publicadas por Fernando Malkún