Dimensión o Nivel de Consciencia:
He encontrado que muchas personas confunden la “dimensión” con el “nivel de consciencia”. Como resultado de esa confusión algunas personas llegan incluso a afirmar que la Tierra está pasando a la cuarta dimensión. Esto equivale a afirmar que el cuerpo físico del planeta que solo puede estar en la tercera dimensión, como todos los cuerpos físicos de todo lo que tiene forma limitada, constituida por energía condensada en sustancia material, está cambiando de estado y se está convirtiendo en un cuerpo etérico. Un cuerpo que es invisible a la percepción de los sentidos normales de todos los hombres. Es decir de acuerdo a esa afirmación se nos esta despareciendo la Tierra y no nos hemos dado cuenta.
Seres Multidimensionales:
Todos somos seres multidimensionales, existimos simultáneamente en varias dimensiones.
La realidad que permanece en cambio constante existe en 5 octavas de frecuencia vibratoria que ordenan lo que en ella existe. Cada octava esta constituida a su vez por 7 rangos de frecuencia consecutivos. Envolviendo o conteniendo esas 5 octavas se encuentra la corteza o cascara exterior en la que se encuentra el universo físico. En el centro de esa enorme esfera se encuentra el absoluto que todo lo genera.
La realidad que permanece en cambio constante existe en 5 octavas de frecuencia vibratoria que ordenan lo que en ella existe. Cada octava esta constituida a su vez por 7 rangos de frecuencia consecutivos. Envolviendo o conteniendo esas 5 octavas se encuentra la corteza o cascara exterior en la que se encuentra el universo físico. En el centro de esa enorme esfera se encuentra el absoluto que todo lo genera.
El ser humano tiene una serie de cuerpos compuestos de diferentes sustancias cada vez más sutiles, tienen distinta frecuencia vibratoria lo que les permite tener diferentes estados, funciones muy especiales y características propias. Esos cuerpos tienen rangos precisos dentro de los cuales mantienen su constitución esencial. Como el agua que mantiene su estado liquido mientras su temperatura sea menor a 100º C, de ese punto en adelante se transforma en vapor. Es decir cambia su constitución esencial.
Cuerpo Físico:
En el rango de frecuencia vibratoria que constituye la 3 dimensión se encuentran los Cuerpos Físicos de todas las entidades manifestadas en el aquí y en el ahora. Esos cuerpos están constituidos por energía en longitudes de onda larga, energía condensada en baja frecuencia vibratoria, es lo que llamamos sustancia material. Energía ubicada dentro de la corteza de la esfera de creación que llamamos la realidad, dentro del holograma tridimensional del universo.
Allí existen infinidad de partículas organizadas por información divina específica para dar lugar a átomos, moléculas, células, tejidos, órganos y cuerpos. Cuerpos Físicos que la consciencia utiliza para experimentar, interactuar y obtener comprensión “en carne propia” sobre el orden del universo. Orden que permite la continuidad eterna de los procesos evolutivos que conducen a la comprensión de la esencia del amor, lo que realmente fundamenta todo lo que sucede. La materia de los cuerpos físicos existe simultáneamente en las primeras tres dimensiones de la realidad. La energía que surge del absoluto y que palpita a altísima frecuencia vibratoria se expande omni-direccionalmente desde el centro, en su recorrido su frecuencia va disminuyendo hasta que llega al borde exterior de la gigantesca esfera, donde da lugar a la materia física. Esa energía divina es la que da vida y consciencia a todo lo que existe. La materia que también da forma a planetas, soles, estrellas y galaxias, actúa como un espejo que devuelve la onda hacia el centro llevando consigo la información de los procesos individuales de todo lo que existe en esa realidad en cambio constante. En esas primeras tres dimensiones donde la energía vibra tan lentamente que se condensa en masa, también se encuentran las corrientes eléctricas, las corrientes magnéticas asociadas y las fuerzas gravitatorias que se mueven dentro de lo que llamamos el mundo físico.
Cuerpo Etérico:
En la 4 dimensión se encuentran los Cuerpos Etéricos asociados a cada Cuerpo Físico. Allí están los campos morfo-genéticos, que son los verdaderos generadores de todas las formas individuales que tienen la infinidad de Cuerpos Físicos que existen en el universo. Son moldes virtuales y contenedores de la energía que se condensa en materia dentro de sus limites. “Campos” donde se encuentra la in-forma-ción, lo que da la forma y la conducta instintiva automática asociada a cada cuerpo, su función especifica y sus características esenciales. En esa dimensión etérica sobre el eje eléctrico de la columna vertebral, están ubicados los 7 “Chacras” o 7 vórtices que transforman y estabilizan la energía en una frecuencia determinada, además de comunicar lo sutil con lo físico y viceversa. Se ubican exactamente sobre los 7 sistemas glandulares, de manera que su energía pueda activar procesos químicos específicos en el cuerpo físico. En el Etérico también se encuentran los meridianos, 12 circuitos, 6 del lado derecho del cuerpo y 6 del lado izquierdo, a través de los cuales se mueve energía vital entre los principales órganos del cuerpo. Envolviendo todo lo anterior está el cuerpo energético de la persona, que ocupa exactamente el mismo lugar en el espacio del su cuerpo físico pero vibrando a mayor frecuencia vibratoria, por eso se interpenetran el uno en el otro. Esta compuesto de materia más fina y sutil que la materia física, partículas astrales que están en constante movimiento, ninguna permanece quieta en la misma posición, son como agua hirviente. En esa dimensión también se ubican las energías masculina, positiva, centrifuga, solar y la femenina, negativa, centrípeta, que proviene del centro de la tierra, responsables del vórtice que genera el campo electro-magnético personal y el llamado Aura, energía manifestada como una serie organizada de colores fuera del rango de percepción normal de la vista, que reflejan exteriormente lo que sucede en el cuerpo emocional y mental de todo ser humano. Algunos hombres más sensibles son capaces de percibirla. En la dimensión etérica está el aura o la atmósfera que refleja el carácter o el temperamento habitual de la persona, en la dimensión astral se manifiesta el aura que refleja lo que siente en cada momento.
Cuerpo Emocional:
En la 5 dimensión se encuentra el Cuerpo Emocional. Ocupa el mismo espacio del cuerpo físico y del cuerpo etérico. Se interpenetran los unos a los otros, porque están compuestos de materia en distintos grados de finura, sutileza, frecuencia vibratoria y densidad. Por ello ocupan distintas dimensiones. El Cuerpo Emocional es el centro de generación, procesamiento y expresión de las sensaciones, las pasiones, los deseos, las emociones y los sentimientos positivos o negativos que estas producen al ser filtrados por el sistema de creencias. Matrices ubicadas en esa dimensión permiten que la energía astral, la energía de las emociones, de mayor frecuencia vibratoria y de menor longitud de onda que la energía etérica, se muevan conectando lo etérico, lo físico y lo mental. Esa energía emocional es la que ponen en movimiento a la mente. También en esa dimensión se conectan e interactúan los cuerpos astrales de todas las entidades.
Cuerpo Mental:
Ocupando las dimensiones 6 a 10 se encuentra el Cuerpo Mental con sus 5 archivos: El archivo psicológico, el intelectual, el del ego o de la personalidad, el del destino y el de las comprensiones obtenidas en toda la cadena de reencarnaciones. Estas son las dimensiones a las que llega la energía de las emociones para convertirse en sentimientos positivos o negativos dependiendo de las creencias falsas y las comprensiones instaladas. En la mente los sentimientos se transforman en pensamientos, decisiones y se ordenan las acciones o las omisiones que producen resultados de armonía o de sufrimiento en nuestra vida. Son esos resultados los que producen comprensión sobre el orden del universo y sobre lo que es verdad. Una creencia puede ser falsa o verdadera, sin embargo solo cuando tomamos decisiones y actuamos fundamentados en esa información es que podemos verificar si es verdadera -porque produjo resultados de armonía en nuestra vida- o si es falsa porque produjo conflicto, sufrimiento, perdida de energía vital y depresión. De esta manera es que localizamos las creencias falsas que tenemos implantadas, las borramos de nuestra mente, lo que cambia nuestra conducta porque no volveremos a actuar basados en ella. Es así como se produce la evolución de nuestra consciencia.
Cuerpo Espiritual:
Entre las dimensiones 4 y 10 hay una octava de frecuencias vibratorias, 7 dimensiones donde se ubican nuestros cuerpos sutiles. En la siguiente octava, entre las dimensiones 11 y 17 se encuentra nuestro Cuerpo Espiritual que también es llamado el ¨Yo Superior¨. Allí permanece observando desde la neutralidad y sin involucrarse, las decisiones del alma. Su centro de gravedad va ascendiendo de dimensión a medida que va recibiendo y acumulando la comprensión que le entrega el alma en sus procesos de reconocimiento de lo que es falso a través del sufrimiento. Esa entrega de la comprensión obtenida en cada vida tiene lugar en los procesos que tienen lugar después de cada muerte. En la nueva reencarnación, en el momento del nacimiento -cuando el bebe inspira aire por primera vez- entra el espíritu, hace contacto con el alma y le implanta en el archivo de alta comprensión en la mente, la sabiduría que ha acumulado hasta ese momento. Este proceso basado en la reencarnación va transformando el ignorante en sabio, hasta que ya no tiene nada más que aprender como Ser humano, se ilumina y entra a la siguiente octava de frecuencias vibratorias, transformándose en un Ser de Luz, en un Maestro ascendido.
Maestros Ascendidos:
Entre las dimensiones 18 y 24, comienzan las jerarquías del Universo, los Maestros Ascendidos, que luego de haber pasado unos 39.000 aprendiendo y evolucionando como seres humanos a través de las millones de experiencias en cientos de vidas, ahora deben emplear el mismo tiempo -ciclo y medio cósmico- guiando y enseñando lo que aprendieron a los que vienen detrás en un proceso que no se interrumpe nunca. Allí continuan su proceso evolutivo ampliando su capacidad de atención a más y más almas, hasta que se transforman en Regentes.
Regentes:
Se sabe que hay Regentes continentales, planetarios, regentes galácticos, regentes de universos y de súper universos, pero no es mucha la información que tenemos sobre las entidades que existen una octava de frecuencia más arriba a los Maestros Ascendidos, entre las dimensiones 25 y 31.
Divinidades:
En lo más alto del triángulo de frecuencias vibratorias, entre las dimensiones 32 y 38 se encuentra la Divinidad. Existen tres clases de divinidades: Las Divinidades Creadoras de universos, realidades y códigos genéticos, las Divinidades Mantenedoras de esas realidades para que funcionen siempre de manera perfecta y las Divinidades Pedagogas, las encargadas de crear y activar los procesos que generan comprensión sobre todo lo creado, permitiendo que todos los seres individualizados evolucionen y se perfeccionen al acumular comprensión sobre el orden, el amor y la unidad.
Alfa y Omega:
Por último en los dos extremos opuestos, en la dimensión 39 y la dimensión 0, están el Alfa y el Omega. Los principios opuestos que generan el orden y los equilibrios temporales, las armonías dinámicas que dan lugar a todas las dimensiones intermedias manifestadas entre ellos. El Alfa es el Dios Padre, el principio positivo, masculino, activo, radiante que tiene la información que permite ordenar la energía en forma, función y conducta. El Padre es movimiento, es la onda cuántica que tiene posibilidades infinitas de manifestación. El Omega es el Dios Madre, el principio negativo, femenino, pasivo, concentrante, capaz de condensar la energía en una posición dentro del holograma de la realidad, de transformarla en infinidad de partículas que constituyen la sustancia material de todo lo manifestado. Es la interacción, el equilibrio temporal entre estos dos principios, el Yin y el Yang, el que permite el colapso de la onda de probabilidades infinitas -de la absoluta potencia de ser- en el momento que la consciencia escoge, decide, que forma material manifiesta para experimentar con ella. El Alfa y el Omega son como las dos caras de una moneda, las dos caras de Dios manifestado, no puede existir una sin que exista simultáneamente la otra.
El Absoluto:
En la llamada Dimensión 40, encontramos el punto central de la esfera de creación donde permanece el Absoluto observando omni-direccionalmente lo que sucede en todas partes. Desde allí emana la energía que le da vida y consciencia a todo lo que existe. Ese punto tiene conexión instantánea con todos los otros puntos que conforman lo inmanifestado, la potencia de Ser que está en todas partes, la parte de El Todo que sostiene la realidad y que existe sin ningún cambio, en perfección homogénea sosteniendo la realidad. Actúa como un súper fluido, súper conductivo que no genera resistencia al paso o al movimiento de ondas por su interior.
Es indetectable, sostiene en estado de constante neutralidad todo lo que se manifiesta, lo que toma forma. Su frecuencia vibratoria es infinita, por lo que su energía es absoluta. Allí está la gran mente de Dios, el espacio infinito, el gran contenedor que sostiene todo lo que existe y sucede. El contenedor de todas las dimensiones y frecuencias que conforman la infinita gradación de energía, la información de lo que sucedió durante la eternidad, lo que está manifestado en el presente y lo que como una onda de probabilidades tiene potencia de suceder en el futuro.
Este orden dimensional perfecto que se ajusta al orden del espectro en que se descompone la luz, está diseñado para existan rangos de frecuencias que determinan el estado de la energía que allí se encuentra, energía en materia física, etérica, astral, mental, espiritual. Organiza también a las jerarquías del universo y a los dos principios fundamentales de la realidad manifestada el Alfa y el Omega. Un cambio en la frecuencia vibratoria que exceda el rango de longitudes de onda de una dimensión, determina un cambio de estado de la energía a la condición de la siguiente dimensión, lo que produce un cambio fundamental en su constitución esencial. Por eso es imposible que aparezca un cuerpo físico en la cuarta o en la quinta dimensión sin haber transformado fundamentalmente su estado, sus características, funciones y la energía que lo compone para poder asumir las propiedades que permite el rango de cada dimensión. Las 40 dimensiones se muestran como un triangulo equilátero para facilitar la explicación de las 5 octavas de frecuencia que ordenan la realidad y la posición de las entidades que en ellas existen. Sin embargo la realidad es que ese triangulo es parte de la esfera de creación y las dimensiones son un degrade de frecuencias vibratorias. El vértice del triángulo que representa a la infinidad de frecuencias vibratorias es realmente el centro de la esfera de creación, en donde está el punto de contacto del absoluto con lo inmanifestado que en la siguiente gráfica sería como la parte negra del fondo de la imagen que sostiene a la esfera de creación del universo manifestado que flota en su interior. Desde cualquier parte en la superficie de la esfera -el abajo- ese centro siempre estará en el arriba.