Todo lo que Es, está vivo. Lo conforma Energía que vibra, que oscila en distintas frecuencias simultáneamente. Estas frecuencias se encuentran dentro de un “campo”, que es el área donde co-existen las frecuencias que lo conforman. Cada ser tiene su propio “campo vital” desde donde emite en una frecuencia vibratoria propia hacia el Universo. Esta frecuencia propia es única, individual y es como la media o el “centro de gravedad” de las distintas frecuencias que conforman su Ser. En el interior de este “campo” se superponen sus múltiples cuerpos, cada uno constituido por Energía que vibra en un rango determinado de frecuencias. Las entidades son multidimensionales.
Todo lo que existe tiene cierto nivel de Información. Esa información ordena la Energía que lo constituye, la organiza para condensarla en la sustancia que le da la forma que tiene, la función que desempeña, la conducta que manifiesta y la memoria que acumula.
Todo lo que existe tiene cierto nivel de Voluntad. Una determinada capacidad de manifestación, un radio de acción dentro de la realidad en la que se encuentra, en donde puede generar cambios que la modifiquen.
Todo lo que Es, tiene cierto nivel de Consciencia. Una determinada capacidad instalada para entender, comprender y verificar el orden en el que está inscrito. El nivel de su Consciencia es el resultado de la Energía vital de que dispone, de la Información sobre el funcionamiento del universo que ha logrado verificar, la que emplea para actuar generando armonía, para evitar la generación de conflicto y s
ufrimiento. Estas dos variables, información y energía determina el poder que tiene, el radio de acción de su voluntad. No todos los seres son iguales porque tienen distintos niveles de Consciencia, se encuentran en distintas fases de su proceso evolutivo. La capacidad instalada evoluciona, permitiéndole llegar a entender la razón de su existencia e inclusive llegar a participar en su propia evolución, acelerándola, dirigiéndola.
Todo lo que vibra lo hace con cierta frecuencia. En la realidad existe una gradación i
nfinita de frecuencias a las que vibra la Energía. Esa gradación se ordena de acuerdo al espectro en que se descompone la luz. Newton descubrió que la Energía, en forma de luz, al atravesar un prisma de cristal se descompone en los colores que la constituyen. Unas bandas de color que siempre mantienen la misma relación de posición entre si, como las del arco iris. La posición que ocupa el color en el espectro es determinada por la frecuencia en que vibra, por la longitud de su onda y estas variables determinan un ángu
lo constante por el que la luz descompuesta en color sale del prisma. Ese orden que manifiesta la luz en su interior, se refleja en la Energía de todo lo creado.
Ese orden también se ajusta a la forma de un triangulo equilátero. En su base se ubican las Energías de mayor longitud de onda y por lo tanto de menor frecuencia vibratoria. En su vértice se ubican las Energías de menor longitud de onda, de máxima frecuencia vibratoria. Entre estos dos extremos se ubican la infinita gradación de frecuencias vibratorias en sus longitudes de onda correspondientes. En esos dos extremos se ubican, en lo alto las Ondas de Energía en máximo movimiento, en la base las Partículas de Energía concentrada en una posición definida, las que constituyen la sustancia material de los cuerpos físicos de todo lo que existe. Ondas y Partículas son la esencia energética de todo lo que existe. La Energía tiene la capacidad de transformarse eternamente en una u otra, sin nunca destruirse. Es por eso que tradicionalmente el triangulo equilatero ha sido un signo del Orden Divino, de la Información perfecta que organiza la realidad. Un triangulo con el espectro en su interior es aún más diciente, como símbolo del orden universal.
Dentro de esa infinita gradación de frecuencias vibratorias organizadas por sus longitudes de onda aparecen unos rangos que determinan las características, el estado de Ser, el comportamiento de la Energía que allí se ubica. Eso es lo que se llama las Dimensiones. Una Dimensión mantiene integra, dentro de unos rangos de frecuencia vibratoria y de sus longitudes de onda asociadas, el estado de la Energía que allí se encuentra. Si la frecuencia se eleva por encima de el rango superior de la dimensión, o baja por debajo del rango inferior que determina la dimensión, la energía automáticamente cambia de estado, cambia de dimensión, sus características esenciales cambian. Es decir no se puede cambiar de dimensión manteniendo constantes las características esenciales de la Energía. Por decirlo de otra manera cada estado de la Energía tiene su dimensión especifica, ocupa una posición determinada en su relación con otros estados de la energía y este orden preciso es determinado por la longitud de las ondas que las constituyen. Esto es lo que permite que la Energía-Información-Voluntad o sea la Consciencia que es realmente el único fenómeno que existe, experimente y obtenga comprensiones gracias a los resultados que obtiene en la vida con las decisiones que toma, las acciones y las creaciones que manifiesta. Esto también implementa un orden perfecto en la realidad que construye la consciencia colectiva.