Tu cuerpo está tan bien diseñado que aguanta todos los abusos durante años, se acostumbra a que fumes, a que tomes alcohol regularmente, a que comas carne roja todos los días, a que ingieras drogas pesadas, a que no duermas, incluso a que no tomes el AGUA que necesita para evacuar toda la comida basura que ingieres, los cadáveres de células que mueren diariamente y los residuos metabólicos de todas sus células sanas. Se acostumbra a vivir con poquísima AGUA, pero acumula poco a poco toxinas, kilos de carne en descomposición, ácidos, exceso de proteínas, cálculos biliares, bacterias, mohos, hongos, patógenos, radicales libres, grasas saturadas, metales pesados…
Hasta que un día el sistema inmune se debilita, el sistema linfático se sobrecarga con toda esa basura que envenena tejidos, órganos, los vasos capilares congestionados no pueden suministrar suficiente oxígeno, agua y nutrientes a las células…
La enfermedad sucede cuando el cuerpo está in-toxi-cado, cuando rebosa de basura que no puede evacuar…
Tu salud depende de lo que creas, de lo que pienses, de lo que sientas, de los alimentos que ingieras, del AGUA que bebas, del entorno en que vivas y de lo que decidas hacer y experimentar, es decir de tu libre albedrío. Es por lo tanto una correspondencia de aprendizaje que genera comprensiones sobre que crea armonía y que produce sufrimiento. La enfermedad no es el resultado de la mala suerte, sino la oportunidad que te da la vida para examinar que estás haciendo con ella, para que asumas tu responsabilidad sobre todo lo que creas y todo lo que atraes a tu realidad. Sucede para impulsar un proceso de evaluación imparcial y de reconstrucción interior…