Los Mayas veían la vida como un proceso eterno de perfeccionamiento. Su concepto del tiempo no es fatalista, ni centrado en la muerte, en el miedo a un final definitivo. La muerte es sólo un momento de transición a otro estado, a otro curso de aprendizaje. No representa el fin de la vida. Para ellos la vida es eterna, nunca termina, es un proceso eterno y repetitivo. Un ritmo, donde todo nace, vive, muere y vuelve a nacer. Un proceso eterno hacia maneras distintas de evolución de la materia y de la consciencia.
Creían en la reencarnación. Es la manera como la energía-información llamada espíritu, avanza en un proceso de perfecionamiento eterno. En cada vida se nace para aprender y algo nuevo, algo distinto. Llamaban “Caput-sigil”, a la re-encarnación, que significa, volver a experimentar la vida. Nuevas experiencias que permiten al espíritu una mayor comprensión de la vida, cada vez mas sabiduría, más perfección.
Creían que todo ser humano estaba formado por la suma de tres partes, el cuerpo físico , el molde astral que le da la forma al cuerpo y el espíritu que le da la vida.
A la materia física, al cuerpo, lo llamaban “Widil-lil”, que significa “Ser en vibración constante”. Al molde astral, al alma la llamaban “Pixan”, que quiere decir “Forma del Ser”, el molde de la materia en vibración, lo que contiene al cuerpo físico. Para ellos el alma es lo que contiene al espíritu, son dos partes distintas.
Al espíritu lo llamaban “Inhan”que quiere decir “ser de sol”, lo que se perfecciona eternamente.
Sus sacerdotes escribieron códices enteros sobre la energía, el hombre Maya se veía así mismo como un ser vibrante de energía que depende del Sol.
El cuerpo no es otra cosa que luz condensada, las enfermedades vibraciones bajas, desarreglos energéticos. La muerte no es más que una transformación, un cambio de Pixan, que le dara forma a otro ser, donde encarnará nuevamente el inhan, el espíritu.
Creían que el hombre re-encarnaba repetidas veces, en vidas y cuerpos distintos, en tiempos y lugares diferentes. Que es un ser espiritual viviendo una experiencia humana. Creían que esas vidas se experimentaban para comprender el amor.
La vida existe para contener a la diversidad, para vivir más experiencias, más posibilidades distintas de ser y sentir, para comprender que lo importante es fluir, que se vive para amar.
Unas vidas son afortunadas para aprender a manejar la abundancia, otras son difíciles para experimentar la escasez y la pobreza y así entender que es la vida misma lo que importa. El concepto Maya más importante para cambiar el comportamiento del hombre, es el considerar todo lo que existe, como otra parte de si mismos. Al sentirse como un solo ser vivo con lo creado a su alrededor,se producen en el espíritu un estado de sensibilidad hacia todo, un respeto, un cuidado, un amor que sólo puede conducir al bien común.
Esto aumenta la intuición, facilita la conexión telepática de los unos con los otros, la aparición de la mente colectiva y la armonía, que es el propósito del universo con los cambios que se avecinan.
El hombre actual puede facilitar el proceso de cambio y renovación, que comenzamos a vivir. Disminuir su impacto o evitar los sucesos de destrucción; si ve y siente todo lo que existe a su alrededor como otra parte de si mismo. Para los Mayas, Dios Hunab-Ku, es un organismo gigantesco, una enorme mente que contiene a todos los hombres, en la que todo vive, donde todo está conectado y forma parte integral de cada uno.
Hunab-kú, es la fuente de energía, de la información total del universo. Pulsa y transmite la información que lo coordina todo. Irradiando eternamente desde el centro de la galaxia, como el corazón que al palpitar coordina todo el cuerpo humano. Creian que Hunab-ku se manifestaba en ondas, ondas de información, ondas de luz, ondas de energía, ondas de sonido, ondas de pensamiento, ondas de amor.
Creían que este ser vivo que contiene todo, estaba creciendo, desplegandose y al hacerlo daba nacimiento a soles, a estrellas, a planetas, seres vivos con corazón y mente, que sienten y piensan. Y sobre ellos, a los hombres, a las mujeres, a los niños, que no son otra cosa que seres de luz, estrellas, futuros soles.
Seres vivos en escalas distintas. Unos más grandes, otros más pequeños, unos contienen a los otros y estos contienen a otros más pequeños todavía y así sucesivamente, todos vivos y conectados entre sí.
Publicadas por Fernando Malkún