Es nuestro pensamiento el que atrae hacia nosotros una realidad de sufrimiento o de armonía y son nuestras creencias las que determinan nuestra manera de pensar. Muchas de ellas son falsas porque que nos llenan de sentimientos negativos, nos hacen pensar que somos víctimas inocentes. Al sentirnos víctimas, perdemos nuestra confianza y nuestro poder y se los entregamos a nuestro victimario. Nos resignamos a una vida desdichada cuando, para transformar nuestra realidad, sólo necesitamos identificar y suprimir esas creencias falsas que nos impiden alcanzar la felicidad. Necesitamos dejar de creernos víctimas de los demás, del orden social existente o de Dios. Tampoco existe la mala suerte, porque todos tenemos el poder para atraer la abundancia y la dicha a nuestra vida. Es el momento preciso para desechar los sentimientos negativos que nos mantienen sumidos en la depresión y en la desesperanza. Para limpiarnos de vergüenzas, culpas, tristezas, odios y miedos que nos impiden vivir un presente pleno de bienestar.
Las falsas creencias sobre la felicidad son la fuente más importante de desequilibrio, conflicto y sufrimiento en nuestra sociedad
Nos hemos convencido de que la felicidad se encuentra afuera, que nuestra paz interior depende de lo que sucede en el mundo exterior. Que para ser felices necesitamos tener poder y control sobre los demás, acumular dinero y coleccionar posesiones materiales. Llegamos a creer que nuestra felicidad está en controlar a los demás, en decidir cómo deben vivir nuestros seres queridos y en imponerles nuestro punto de vista cuando no están de acuerdo. Somos felices mientras ellos vivan como nosotros queremos, mientras todo se ajuste a nuestro punto de vista sobre la realidad. También creemos que la felicidad está en tener acceso a experiencias que nos producen placer o satisfacción de los sentidos, en la posesión de objetos, información o dinero. Nuestra sociedad se volvió materialista, nuestra vida se convirtió en un negocio, le pusimos precio a todo y acabamos convencidos que todo se puede comprar. Convertimos la acumulación de dinero en una meta, evaluamos a los hombres por su riqueza. Transformamos el dinero en el único medio para ser felices, para subir o bajar en la escala de los placeres, las satisfacciones, las comodidades y las clases sociales. No importan los medios que se tengan que utilizar para conseguirlo. Estas falsas creencias despertaron ademas una codicia generalizada…
Publicadas por Fernando Malkún