Cuando te equivocas y experimentas los resultados de tu error eres mas valioso y sabio que cuando nunca te has equivocado. Sin embargo en la sociedad predomina la culpa, el juicio y el castigo. Quien comete un error inmediatamente es enjuiciado y castigado con la perdida de su trabajo o del amigo intransigente…
De hecho algunos llaman al error “pecado” y tienen la falsa creencia que Dios se ofende cuando lo cometes. Solo alguien con un ego muy, muy grande puede creer que Dios -el absoluto contenedor del universo, el creador de toda la consciencia- se puede ofender por algo que ellos hagan…
Todo esto se basa en dos interpretaciones equivocadas sobre la realidad: la primera que tu libre albedrío esta condicionado o limitado por conductas ideales -definidas como dogmas con criterios morales variables que han cambiado con los tiempos- que se dice son “palabra de Dios” y que determinan como “pecado” merecedor de castigo, todo pensamiento, palabra u obra que de ellas se aparte…
La segunda es creer que el sufrimiento que experimentas es el castigo de Dios que mereces por haber “pecado”, lo que llenó de karma, culpa, vergüenza, miedo y oscuridad una relación que debía ser de luz, amor y agradecimiento. Creer que el resultado de tu ignorancia -el sufrimiento- es voluntad del Padre es una falsa creencia, pero si es su voluntad que tengas libre albedrío y que tu ignorancia temporal te lleve a cometer errores que te generen sufrimiento, conflicto, enfermedad y desarmonía para que al experimentar esos resultados en carne propia obtengas comprensión sobre el amor. Ese sufrimiento es el que te permite diferenciar con claridad que tipo de acciones generan desorden y desarmonía para que conscientemente decidas evitarlas y te conviertas así en un creador eterno de realidades perfectas…
El error entonces, es el que te permite discernir con seguridad lo que necesitas corregir, resalta tus falsas creencias, porque lo falso siempre produce sufrimiento, revela tus conductas acidas, auto destructivas y tus limitaciones mentales, aquellas que distorsionan tu visión de la realidad y te convierten en víctima de tus propias creaciones inconscientes…
Esas interpretaciones equivocadas han logrado que la mayoría rece por miedo mientras irrespeta el libre albedrío que Dios si respeta con su neutralidad; Que sea una costumbre pretender cambiar a los demás e imponerles su visión fundamentalista de la realidad, que se busque por “caridad” asumir el error ajeno para evitarles el sufrimiento que les corresponde, logrando con ello interferir en sus procesos evolutivos y evitar que aprendan con los resultados de sus acciones…
Sin embargo todo lo que sucede es perfecto, porque es parte de un proceso para despertar el amor en la consciencia humana. Y a cada uno le llega por correspondencia -después de mucho ensayo y error- su momento de comprensión, cuando adopta la humildad, la tolerancia, el respeto y la incondicionalidad, como parte esencial de su carácter…
Publicadas por Fernando Malkún