La enfermedad no es una enemiga, es una correspondencia de aprendizaje. Sucede para generar comprensión, sabiduría y discernimiento sobre las causas en la mente que generan caos, pérdida de energía vital, depresión y desamor. Sucede para permitirnos localizar y trascender nuestra ignorancia, las falsas creencias que tenemos implantadas, las que nos impulsan a mantener conductas ácidas, generadoras de conflicto, de malestar, a consumir los alimentos equivocados, bebidas abrasivas, a mantener un estado de angustia y tensión interior, para que tomemos consciencia de la energía negativa que la nutre y la evitemos.
La enfermedad es realmente una crisis generada por un exceso de toxinas, desechos y acidez en una zona del cuerpo. Esto impide que le llegue oxígeno y nutrientes a las células que allí se encuentran, produciendo dolor y malestar, la señal de alarma y el pedido de primeros auxilios que envía el cuerpo. No sucede entonces por casualidad sino por ignorancia, por abusar de comidas pesadas, con aditivos o preservativos, por exposición continua a campos magnéticos poderosos que desordenan las energías del cuerpo. Somos creadores de salud o enfermedad, de felicidad o depresión, de abundancia o escasez, de soledad o buena compañía. El propósito del universo es convertirnos en creadores responsables de realidades perfectas, para ello dispuso una realidad conformada por parejas de opuestos, creadores del contraste que facilita el discernimiento. Evolucionamos y mantenemos nuestra salud cuando aprendemos a activar los sistemas de eliminación de toxinas, ignorancias, falsas creencias y falsas conductas, cuando aprendemos a mantener un balance dinámico entre el yin y el yang, entre el abajo y el arriba, entre el alma y el espíritu.
La Incapacidad del cuerpo y de la mente para evacuar y eliminar las toxinas y la ignorancia que nos inundan, generan procesos de putrefacción, noches negras del alma, hinchazones y eventos de destino, irritación y saturación de sufrimiento, tumefacción y escasez, inflamación y soledad, ulceración y depresión. Son esos resultados negativos los que nos permiten saber lo que tenemos que corregir, los que nos permiten crear una identidad cada vez más trascendente, más feliz y amorosa. El método del universo es perfecto, a través de prueba y error localizamos lo que es falso, lo que genera enfermedad, sufrimiento y desarmonía, así gracias a la experiencia y a la comprensión que produce el error, aprendemos a evitarlo.
Publicadas por Fernando Malkún