Muchas cosas relacionan a los Inkas con Egipto, tantas que las dos culturas parecieran haber tenido contacto. Una de las más importantes es la capacidad para hacer enormes bloques de piedra caliza artificial con la que los egipcios construyeron sus pirámides y los inkas los muros de muchos de sus templos y palacios. En sitios como Sacsayhuaman, Ollantaytambo, o Machu Picchu los inkas dejaron pruebas que utilizaron una formula química -similar a la que inventó el alquimista Imhotep en Egipto- para aglomerar y apisonar una mezcla pastosa de roca pulverizada -Andesita, Diorita, caliza, basalto o granito- mezclada con cal, sal y agua dentro de un molde, que al secar y endurecer tiene la apariencia exacta de la roca natural.
La precisión con que los inkas unieron entre sí -con delgados bloques verticales- los seis enormes bloques de granito rosa, del Templo Solar de Ollantaytambo y las protuberancias que todos presentan son el primer claro indicio que el conjunto fue fundido in situ.
El segundo indicio lo da el supuesto transporte de los seis enormes bloques. Subirlos -cada uno pesa 40 toneladas aprox. -jalándolos o empujándolos- desde el valle del rio Urubamba, 800 metros montaña arriba hasta el lugar donde hoy se encuentran, sin ruedas, poleas, cuerdas especiales y sin larguísimas rampas es algo imposible de hacer. Para levantar 1 tonelada se requieren 35 indigenas -pueden con unos 30 kilos-para levantar 40 toneladas se necesitan 1.200 hombres. Imaginan ustedes esa cantidad de hombres empujando o jalando esos bloques? Y lo peligroso que sería?
Templo Solar Ollantaytambo-detalle juntas |
El tercer indicio son las superficies salidas o en alto relieve en bloques muy grandes, sin ningún propósito funcional aparente sino más bien ornamental. Para darle esa forma tallando, desbastando o puliendo el granito con materiales abrasivos como la arenisca tomaría muchísimo tiempo, mucha gente y un esfuerzo extraordinario, sin nada funcional que ameríte el esfuerzo.
La lógica nos dice que pulverizaron el granito -su materia prima- en la cantera que está a 5 kms. en la montaña de enfrente y lo trajeron desde allá -al hombro- en canastas. Lo mezclaron a un lado con componentes similares a los que usaron los sacerdotes egipcios para re-aglomerar el polvo de roca: 1-Sal de roca -Halita, del distrito de Huando cerca a Ollantaytambo o la obtenida por la evaporación de agua salada en las salinas de Maras- 2-Cal -óxido de calcio (CaO), ceniza obtenida al quemar roca caliza o dolomita – 3-Ceniza de leña -las familias entregaban -como una ofrenda al templo que se construía- las que resultaban en sus cocinas 4-Ceniza volcánica y de huesos de animales, 5-Agua y 6-probablemente hojas de Coca. El agua disolvió la sal y la cal en suspensión creó soda cáustica, el aglutinante principal para hacer piedra con alquimia. Así crearon -a temperatura ambiente- un pegante geológico geopolimérico que se aglutinó formando un concreto de granito, o en otros casos como en Cusco concreto de andesita, en Sacsayhuaman concreto de caliza o en Machu Picchu concreto de basalto. Una técnica similar a la egipcia pero seguramente con variantes en la formula.
Imágenes de mi documental ¨Imhotep, El Tres Veces Grande¨ |
El geopolímero resultante, una sustancia pastosa y maleable, era vaciada dentro del molde -probablemente hecho con placas de cobre, bronce, tablas de madera o corteza de árboles sellada con arcilla- que luego apisonaban para compactarlo de la misma manera en que se hacen los muros de adobe en tapia pisada. El bloque quedaba con la consistencia de la plastilina para luego secar y endurecer parcialmente en 24 horas, momento en que se le podían quitar las planchas laterales que formaban el molde. Secaba totalmente y endurecía a los 30 días.
Los bloques del Templo Solar en Ollantaytambo tienen el máximo tamaño y volumen que los inkas lograban fundir en un día antes que la mezcla vertida endureciera. Si le agregaban al día siguiente encima más mezcla, ya no se integraría a la que primero habían apisonado y compactado. Por eso les tocó hacer seis bloques de 40 toneladas en vez de uno solo de 240 toneladas.
Protuberancias en los bloques de Ollantaytambo |
El cuarto indicio que los bloques fueron aglomerados y compactados en moldes, es que muchos de los enormes bloques presentan -siempre en la parte inferior- unos salientes que obligarían -en el caso que los bloques fueran cortados- a desbastar toda la roca. Una explicación traída de los cabellos, afirma que desbastaron cientos de enormes rocas en toda su superficie para crear protuberancias que les sirvieran como puntos de apoyo o asas para facilitar su transporte y manipulación en el proceso constructivo. Cual era su verdadero propósito?
Salidas para la mezcla y las burbujas, siempre en la parte inferior de los bloques. Estos de Diorita en Cusco. |
Los inkas le dejaron al molde unos salientes con orificios con tapones de quitar y poner por debajo, para permitir que al apisonarla saliera un poco de la mezcla y con ella las burbujas de aire que en caso de quedar atrapadas debilitarían el bloque de piedra. En la mayoría de los casos la formaleta era retirada cuando la piedra aun no había endurecido -o gelado- totalmente y en ese estado como de plastilina le quitaban esos salientes dejando la superficie lisa. Sin embargo había instancias en que la formaleta era retirada cuando la piedra ya había endurecido totalmente por lo que esos salientes -que a ellos no les causaban ninguna incomodidad estética- quedaban en la parte inferior del bloque, convirtiéndose en una prueba más de la técnica que utilizaron.
Abombamiento de los bloques y detalle del tapón para sacar burbujas de aire. |
Un quinto indicio de la técnica de aglomerado es que casi todos los bloques presentan un abombamiento en la superficie frontal, como si la formaleta, posiblemente laminas de cobre que se soplaban y cedían hacia afuera al apisonar la mezcla en el interior del molde. Darle esa forma redondeada en todas las juntas tallando la piedra habría requerido un gigantesco esfuerzo en tiempo, mano de obra y materiales abrasivos, para no obtener ninguna utilidad practica.
Como vemos hay demasiados indicios -me atrevería a decir pruebas- que los inkas tuvieron una formula química que les permitió aglomerar distintos tipos de roca pulverizada para generar enormes y pesados bloques que al endurecer parecen roca natural, más aún después de cientos de años. Sacsayhuaman, Machu Picchu y Tiawanakú en Bolivia aportan aún más indicios que refuerzan esta teoría. Una teoría que nos da respuestas constructivas lógicas a un misterio que hasta ahora se ha prestado para argumentar que los inkas solo a poblaron ruinas de construcciones Pre-Inkas, que no se sabe quien construyó ni tampoco como lo lograron hacer. Ese misterio también se ha prestado para crear otro tipo de teorías que le atribuyen a extraterrestres esas sencillas y maravillosas construcciones.
En una próxima entrega analizaremos esos nuevos indicios que nos servirán para concluir de una vez por todas que los inkas desarrollaron un Ari-Kat suramericano que muy seguramente puede ser también el origen de los Moais de la Isla de Pascua, porque la formula alquímica de las colosales cabezas Olmecas en México, se sabe que provino directamente de Imhotep en Egipto.
A los que quieran leer un artículo que escribí en Febrero del 2010 sobre la Conexión Olmeca-Egipcia aqui les dejo el enlace: