Ayer comencé a impartirle a un pequeño grupo en Arcobaque, la maravillosa información de ¨Alquimia, La Mágia Que Perfecciona El Alma¨ y como siempre sucede, el que más aprende y comprende es el que enseña. Encontré que cada vez me es más fácil explicarme a mi mismo -y por lo tanto a los demás- lo que parece inexplicable y paradójico. Esta madrugada decidí escribir algo sobre eso para compartirlo con ustedes.
El único ser que existe está compuesto por dos partes: una es infinita y eterna y la otra es temporal y limitada. Las dos coexisten simultáneamente y ambas son perfectas, ambas tienen un orden intrínseco, ambas son igual de reales y ambas coexisten en el eterno presente.
Su parte infinita se mantiene constante -su infinitud no decrece de tamaño, no cambia, su eternidad nunca se convierte en temporal, nunca desaparece- las características esenciales de su estado de ser nunca cambian. Su parte infinita llena el espacio infinito por lo que hace de contenedor de su parte finita, que flota en su interior. Su parte eterna llena el eterno presente por lo que hace de contenedor de su parte temporal que flota en su interior.
Su parte finita se mantiene en cambio constante -su temporalidad tiene una existencia limitada, nunca lo temporal existe para siempre, nunca deja de ser limitado en el espacio, nunca es infinita.
La paradoja es que esas dos partes se necesitan la una a la otra. Su parte infinita y eterna para comprenderse así misma, para saber que es y porque existe, necesita a su parte finita y temporal. Nada infinito puede comprenderse porque para que se pueda comprender algo, eso tiene que ser limitado. Nada eterno puede comprenderse porque para comprender algo, eso tiene que tener un comienzo y un final. Lo infinito y eterno contiene a lo limitado y a lo temporal para obtener comprensiones sobre su propio ser. Para obtener certezas sobre su esencia de amor, bondad, belleza y orden, experimenta o vive temporalmente lo opuesto: los estados de No-ser, la vergüenza, la culpa, la apatía, la tristeza, el miedo, el apego, el egoísmo, la rabia, el odio, la venganza, el orgullo y el caos.
Solo lo actual, lo presente y lo limitado puede comprenderse, lo potencial no se puede comprender, la potencia de ser por infinita y máxima que sea no genera comprensión. Un niño de seis meses tiene la potencia de ser astronauta, pero solo comprenderá que es serlo, cuando crezca, estudie como ser astronauta y experimente serlo, volando de un cuerpo celeste a otro por el espacio. Solo en ese momento podrá comprender que es ser astronauta. Para lograr comprender que es ser astronauta, ese estado de ser tiene que ser limitado y temporal de otra manera no puede comprenderse. Si el ser astronauta fuera infinito se mezclaría o se fundiría con el ser médico, soldado, pintor o poeta, lo que impediría saber que realmente es, que lo diferencia. Si el ser astronauta fuera eterno, solo eso existiría en el eterno presente.
El conocimiento -la información teórica, los supuestos, las hipótesis, la información aún no verificada- solo se convierte en comprensión, en certeza, en sabiduría a través de la experiencia que permite verificar en carne propia de que se trata.
Ese único ser sabe que lo que es verdadero siempre produce armonía, bondad, belleza, orden, abundancia, compañía, salud y felicidad. Sabe que lo que es falso siempre produce conflicto, fealdad, caos, escasez, soledad, enfermedad y sufrimiento. Y lo sabe con certeza porque lo ha experimentado al vivir de manera temporal y limitada esos estados de No-ser. Por eso lo infinito y eterno necesita de lo temporal y lo limitado. Y viceversa.
Ese único ser -que es neutro y andrógino-, contiene lo polar, lo opuesto, lo positivo y lo negativo, lo masculino y lo femenino, lo consciente y lo inconsciente, lo activo y lo pasivo, lo lógico y lo intuitivo, la luz y la oscuridad, al sol y a la luna, los ángeles y los demonios. Contiene lo paradójico para poder encontrar comprensión y discernimiento sobre si mismo, sobre su propia esencia.
Ese único ser solo puede contar consigo mismo, porque es UN único ser para toda la eternidad, si además quiere divertirse en vez de aburrirse eternamente solo puede contar consigo mismo. Por eso se divide, se in-divi-dualiza y gesta de si mismo y en su propio interior la infinita diversidad que lo conforma. Lo hace de manera perfecta, mantiene en su interior un orden perfecto, un patrón que ordena lo que cambia, para que lo que cambie siempre busque su propia perfección, su máxima potencia, la expresión máxima de su belleza y de su orden. Ese patrón permite la existencia de la inconsciencia, pero garantiza que evolucionará para convertirse en animalidad. Permite la existencia de la animalidad para que se transforme en consciencia, la consciencia en espíritu y el espíritu en divinidad. Ese patrón de perfeccionamiento y de orden intrínseco en todo lo que existe, garantiza que lo imperfecto, lo limitado, polar y temporal fluya libremente y siempre termine convertido en lo perfecto, lo infinito y lo eterno. De no ser así, ese único ser terminaría auto destruyendose.
Ese eterno fluir entre esos dos estados opuestos de ser, es lo que crea la vida, la consciencia, la mente y la eterna realidad, el escenario donde todo eso sucede. Y sucede para comprender de infinitas maneras al amor y al orden, que son la esencia de ese único ser.
Hay quienes observan a ese único ser y creen que solo su parte eterna e infinita es real, que su parte temporal, limitada y polar es irreal. No le encuentran sentido ni perfección a lo que cambia, creen que en esa parte la divinidad y la perfección no existen. Lo maravilloso es que el patrón que ordena lo cambia garantiza que tarde o temprano lograrán comprender que todo lo que sucede siempre es perfecto, porque sucede para aprender.