Los templos de Ajanta, a 105 kms de Aurangabad, son una magnifica joya religiosa, arquitectónica y artistica, fueron talladas en la cara de una montaña con forma de herradura, sobre el río Wangorah. Son llamados las ¨Cuevas de Ajanta¨, a pesar que realmente no son cuevas naturales, sus espacios, sus muros, columnas y esculturas fueron talladas con cincel y martillo -en la roca volcánica de la montaña- por miles de monjes budistas y artistas, patrocinados por varias generaciones de Reyes hindúes.
1) Chaitya-Grihas, 5 templos dedicados exclusivamente para rezar y meditar. Tienen un salón alto y abovedado con una estupa al fondo, un altar con forma hemisférica que contiene textos con mantras, reliquias, huesos, cenizas o dientes de Buda o de monjes excepcionales y santos, que le agregan energía al templo. Las estupas, que representan a Buda en el templo, aparecen en los comienzos del budismo cuando los monjes morían sentados en la posición de meditación llamada Chaitya. Los cubrían con barro y estuco hasta formar un hemisferio.
Los monjes acudían a meditar a su alrededor para sentir la energía y honrar al santo desaparecido, lo que hizo que la tumba se convirtiera en un templo, una Chaitya. Griha viene del sánscrito que significa, lugar u hogar de paz y energía. Su forma es simbólica, siempre tienen una base cuadrada que representa la tierra, un domo hemisférico representa al agua, una espira cónica encima del hemisferio que representa al fuego y un loto con forma de sombrilla, que representa el aire.
2)LosViharas, hay 25 de ellos en Ajanta, son monasterios donde vivían, recibían instrucción religiosa, meditaban y rezaban los monjes.Vihara es el nombre del estado mental de amor, compasión, alegría y ecuanimidad, que debía alcanzar todo monje budista.
Los monasterios o Viharas, eran salones rectangulares con una gran estatua de Buda al fondo. Allí vivían y oraban los monjes en pequeñas celdas cortadas en las paredes de las galerías de columnas laterales del salón principal, conformando un claustro. En la entrada tenían una veranda o hall sombreado pero abierto al paisaje, normalmente sostenido por columnas hermosamente talladas.
Los 30 templos y monasterios de Ajantafueron tallados en dos etapas determinados por el auge y la caída de los reyes de las dinastías que patrocinaron las obras:
Los primeros 10 templos fueron tallados durante 450 años, por 25 generaciones de artistas y monjes budistas de la secta Hinayana -la del pequeño vehículo, el individuo que se ilumina al terminar su proceso evolutivo- entre el año 200 AC y el 250 DC. En esa primera época vivieron allí unos unos 200 artistas y unos 800 monjes Hinayana.
Buda fundó una orden de monjes y luego otra de monjas, con el propósito de construir comunidades espirituales que dieran a sus miembros la oportunidad de practicar el Dharma: Su información de sabiduría sobre la realidad, la consciencia, el propósito de la vida y un método para alcanzar la paz interior y el Nirvana. Quienes convirtieran el Dharma en una práctica diaria, lograrían una vida sencilla, de meditación, enseñanza y aprendizaje, que impulsaría su perfeccionamiento espiritual. Quizo además, que esos monjes y monjas con su vida ejemplar influyeran gentilmente en las comunidades alrededor de los monasterios y que además les enseñaran el Dharma. De esta manera serían testigos de su poder para transformar las consciencias de quienes lo practicaban.
Quienes se unían en Ajanta a la comunidad monástica -a el Sangha Budista- eran ordenados como novicios. Como símbolo de su renunciación a la vida mundana se rapaban la cabeza y utilizaban el manto o túnica de los monjes. A estos novicios, el abad del monasterio les asignaba un preceptor o maestro que los instruía, los guiaba y los entrenaba en las prácticas de la meditación, el autocontrol emocional, el desapego y el abandono de los deseos. Con el tiempo recibían la ordenación, convirtiéndose en un monje=bhikkhu o en una monja=bhikkuni. La comunidad monástica patrocinada por un rey que deseaba probar su devoción, los proveía de ropa, alimentación, cuidados médicos y vivienda, en los cúbiculos monásticos en el interior de los Viharas, o en construcciones simples en el terreno frente a la montaña de basalto. Una de sus labores cotidianas era meditar mientras tallaban la roca, bajo la dirección de artistas escultores -que heredaban su oficio de sus padres y que también recibían pago del rey que patrocinaba el tallado del templo que se estaba construyendo- y de los arquitectos venidos del sureño Reino Pallava, que dirigían todo el proceso.
Su vida allí no era lujosa, pero era segura y tranquila, se levantaban muy temprano a estudiar y a recibir instrucción en grupo, sobre la vida de Buda, sus enseñanzas y sobre filosofía, gramática, composición, lógica, matemáticas, medicina escultura y pintura.Con la luz del sol, que reflejaban con espejos al interior de la montaña, unos se dedicaban a tallar los templos y las esculturas que adornaban sus muros, otros a pintar murales sobre la vida de Buda. Pinturas sobre su vida como príncipe de los Sakyas y sobre sus anteriores reencarnaciones, llamadas las Jatakas antes de alcanzar la iluminación como Gautama Buda. Comían todos juntos y todos participaban en los rituales y ceremonias que se hacían en la luna nueva y en la luna llena. Cumplían un orden muy estricto y tenían una disciplina espartana, renunciaban a todas las posesiones menos la más básicas, pero podían expresar libremente sus puntos de vista. Las decisiones importantes siempre se toman colectivamente, las enunciaba el abad, una vez que todos habían dicho lo que pensaban.
El budismo Hinayana, del pequeño vehículo individual, es el camino hacia la iluminación de los que escuchan, de los discípulos de quien sin ningún maestro ni guía, se perfeccionó asimismo como resultado de su propio esfuerzo: Un Arhat, lo llamaban, quien logró dominar sus fuegos: sus apegos, su pasión, sus deseos, su rabia reactiva, y su ignorancia. Para ellos es crucial seguir las enseñanzas -el Dharma- el método del hombre que logró iluminarse convirtiéndose en Buda, que inducen a evitar toda maldad, a acumular bondades, virtudes y a purificar la mente. Para lograrlo los monjes tendrían que aprender a observar, a tomar decisiones, a hablar y a actuar con plena consciencia. Tendrían que utilizar su tiempo conscientemente y esforzarse para desarrollar una comprensión clara de la vida y un estado de meditación contemplativa permanente.
De esta manera y gracias a la información de sabiduría de Buda, un monje podía llegar a convertirse en un Samyak Sambuddha. Alguien digno de devoción porque vive feliz con su mente en silencio, que al morir detiene la rueda de sus reencarnaciones y logra el Nirvana. Los Budistas Hinayana creen que todos tenemos ese deber y que todos lograremos en nuestro propio momento y como resultado de nuestro propio esfuerzo, la iluminación. Para ellos Buda fue un hombre común que lo logró, no es un Dios, ni una divinidad encarnada, a la que llaman un Avatar. Para ellos todos los fenómenos mundanos son transitorios, no son permanentes, materia en cambio constante que produce estados transitorios de ser, sensaciones, percepciones, formas mentales y por último conciencia no trascendente, por lo tanto no son substanciales, ni esenciales, sino insatisfactorios.
Los monjes budistas y los artistas en Ajanta, fueron patrocinados por sucesivas generaciones de reyes de la poderosa dinastía India Satavahana -que gobernó desde Koti Lingala- el centro de la india durante 450 años. Tenían un ejercito de 100.000 hombres, una caballería de 12.000 jinetes, 1000 elefantes y 30 fuertes para defender su imperio. Simultáneamente el norte de India era gobernado por la dinastía Gupta y el Sur por la dinastía de los Pallava. En el año 250 DC el imperio Satavahana se divide en muchos pequeños reinos, cesando su patronazgo a los monjes y artistas, quienes abandonan los monasterios y templos de Ajanta.
200 años más tarde regresan bajo el patrocinio del emperador Harishena de la dinastía Vakataka, que en ese momento dominaba a la India central, quien era un budista Mahayana. En ese momento y bajo su patrocinio llegan a Ajanta, unos 200 artistas y unos 600 monjes budistas de la corriente Mahayana. La comunidad permaneció allí por 400 años -período en el que tallan otros 5 templos y 15 monasterios con un altar dedicado a Buda al fondo, no siempre bajo la dinastía Vakataka, que termina 100 años más tarde, al descuidar el imperio, el vicioso hijo de Harishena.
Tanto el budismo ortodoxo Hinayana, como el budismo Mahayana, siguen las enseñanzas de Buda. Ambos practican su Dharma, utilizan su información de sabiduría y adoptan las conductas que él siguió, para obtener la liberación de la rueda de reencarnaciones y el Nirvana.
BUDISMO MAHAYANA
Los Budistas Mahayana -que significa Gran Vehículo- ven el camino del Arhat Hinayana, del esfuerzo personal para obtener la liberación individual de las reencarnaciones y el nirvana, como indeseable y egoísta. Su ideal en cambio es colectivo, es el camino de los Bodisatvas, quienes por gran compasión detienen su iluminación para ayudar a los demás a lograr su liberación del sufrimiento y de la reencarnación. Esperan, para iluminarse conjuntamente con toda la humanidad, por eso se llama del gran vehículo. Algo sublime pero imposible porque significaría que la realidad que ha existido desde siempre y existirá para siempre, se detendría. Para los Mahayanas no es Gautama Buda el importante, sino todos los Bodisatvas -el era uno de ellos- que son vistos como deidades, con poderes ilimitados, con vidas extraordinarias y supra mundanas de avatáres, solo conectados externa y tangencialmente a la realidad material.
Sin embargo este concepto, que fue negado por el mismo Buda, quien afirmo que el no era ningún Dios, ni tampoco una encarnación de un Dios, es decir un Avatar, fue utilizado por el Hinduísmo -a partir del año 500 DC- para convertirlo en la novena encarnación de Vishnu. Un Avatar que trajo información de sabiduría para eliminar la ignorancia y los deseos que esclavizan al alma. De esta manera lograron recuperar el terreno perdido ante el Budismo, que atrajo a la multitudinaria casta de los intocables, los excluidos socialmente, con su mensaje que todos los hombres somos iguales. Al convertirse lograban evadir su miserable condición de Dalits, que ni siquiera podían recibir instrucción religiosa. Una condición inalterable según el Hinduismo, fundamentada en la narración -sobre como las castas fueron emanadas por Brahma- que hacen sus libros sagrados, los Vedas, que Buda atacó en sus enseñanzas.
Los Budistas Mahayana creen que la última verdad, la verdad absoluta solo puede ser encontrada a través de la meditación, solo mirando hacia adentro y no hacia afuera. Creen que la información del Dharma de Buda, es una verdad relativa, sujeta al cambio y que puede ser mejorada por Bodisatvas posteriores. Para ellos la información que dejó Buda es como un dedo apuntándole a la luna, pero al descubrirse la luna, el dedo deja de ser importante. Para el budismo Mahayana el camino hacia la iluminación tendría tres niveles: El primero sería como el de un rey egoísta que busca su beneficio personal, pero sabe que este depende del de sus súbditos y el de su reino. El segundo nivel es como el de quien maneja un bote y ayuda a sus pasajeros a cruzar un río, cruzando el mismo simultáneamente. El nivel ideal sería el del pastor, que se asegura que sus ovejas lleguen primero que él a sitio seguro, colocando su bienestar por encima del suyo.
En la época del budismo Mahayana en Ajanta, vive allí Dígnaga, un monje hindú que fue uno fundadores de la lógica formal India, del razonamiento deductivo y del uso de las implicaciones. Vivió allí 60 años, entre el 480 y el 540 DC. mientras escribió ¨La rueda de la razón¨, ¨El Tratado de los objetos de conocimiénto¨ y ¨El Tratado de los principios de la Lógica¨. Lo que nos muestra el nivel de información que los monjes de ese lugar tenían.
A Ajanta también llega a vivir durante unos años, Xuanzang, un monje budista Chino, que al regresar a su país durante la dinastía Tang tradujo muchos textos sagrados hindúes sobre Buda. Xuanzang fue ordenado monje en Xinjiang a los 20 años, por su erudición. En sus estudios sobre los textos budistas que existían en China en esa época, encuentra contradicciones e inconsistencias lo que lo impulsan a buscar instrucción y libros en la fuente del Budismo en Nepal e India. Marcha a pie de monasterio en monasterio, desde Xinjiang, China hasta India, tomando la ruta de la seda. Atraviesa el desierto de Gobi, luego Uzbekistan, Afganistán, Pakistán para llegar a Lumbini, Nepal, donde nació Buda. Luego baja hasta a Kusinagar, India, donde murió Buda. Llega a Ajanta donde conoce a Dígnaga, quien vivía allí con mas de 800 monjes y pupilos. Regresa a China 17 años después con mas de 600 textos budistas Mahayana Indios que se dedica a traducir, 6 estatuas de Buda, reliquias y restos de sus huesos y de otros santos.
100 años después, alrededor del año 550 DC cae la Dinastía Vakataka que es reemplazada por la dinastía Hinduísta Kalachuri, quienes cesan el patronazgo a los monjes budistas. Ajanta, abandonada por monjes y artistas, es cubierta por la selva, de ahí surge su nombre Ajanta, que significa sin gente.
Ajanta permanece sepultada por la selva hasta 1819, cuando John Smith, un oficial británico que cazaba un tigre, las redescubre. En pocas décadas los templos-cuevas se vuelven famosos por su exotismo, su impresionante arquitectura, sus esculturas y maravillosas pinturas.
Los Kalachuri gobiernan desde el 550 DC hasta el año 650 DC. Kalli=Gran Bigote, Churi=cuchillo afilado. 100 años en el que sus ricos reyes patrocinan a los artistas y a los monjes hinduístas, pero en otro lugar, donde tallan nuevos templos y monasterios, los que hoy conocemos como las Cuevas de Ellora. A 30 Kms de Aurangabad -la que una vez fue la capital del imperio Mogul- encontramos otros 34 templos-cueva, también tallados en la roca volcánica, pero esta vez en las montañas de Charanandri, donde ocupan un espacio de 2 kms, unos al lado de los otros. Son conocidos como las Cuevas de Ellora.
Sus espacios, columnas, altares y celdas fueron tallados en el basalto por 30 generaciones de artistas y monjes, entre los siglos VI Dc y XIII Dc. En una primera etapa entre los años 500 DC y el 750 DC, allí vivieron simultáneamente con la comunidad monástica que había más lejos en Ajanta, solo monjes budistas de la secta Mahayana, período en el que logran tallar 12 templos en la cara virgen de la montaña. A partir del año 650, en el declive del budismo en India, llegan a vivir allí monjes hinduístas patrocinados por la Dinastía Rashtrakuta, que tallan otros 17 templos y por último a partir del año 750 llegan monjes Jainístas que tallan los últimos 5 templos en Ellora.
Ellora fue un lugar de una convivencia que se prolongó por de 250 años, allí vivieron simultáneamente más de 1200 monjes de tres distintas religiones. Lo que nos prueba la tolerancia y la aceptación de la cultura hindú -y de los reyes que los patrocinaron a todos- por los pensamientos y las creencias de los demás.
A partir del año 735 DC, los monjes hinduístas -patrocinados por 15 reyes sucesivos de la dinastía Rashtrakuta- tallan de arriba hacia abajo la joya del lugar, el monolítico y monumental templo de Kailasa, dedicado a la veneración a Shiva. La contribución al arte y a la arquitectura de la dinastía Rashtrakuta -que gobernó desde desde Manyakheta -bajo la insignia de Garuda, el vehículo de Vishnu- un vasto territorio de la India central entre el 650 Dc. y el 985 Dc, fue magnifica. Rashtra, en sánscrito = región y Kuta =cacique. Los Rashtrakuta fueron contemporáneos de la dinastía Pala que gobernó desde Bengala el este de India, entre el año 750 Dc y el 1174 Dc. De la dinastía Paramara de Malwa, que gobernó el Noroeste de la India entre el 770 Dc y el 1305 Dc. y de la dinastía de los Pallavas que gobernaron desde Kanchipuram el Sur de India entre el año 275 DC y el 848 DC. De ese reino llegaron a Ellora los arquitectos que dirigieron el tallado del Templo de Kailasa. En el 848 DC los Pallavas fueron reemplazados por los Reyes Chola que gobernaron desde Tanjavur hasta el año 1279 DC.
En el templo de Kailasa -la pieza central de Ellora- artistas y monjes, bajo la dirección de los arquitectos Dravidianos venidos del Sur, extrajeron con gran cuidado, 200.000 toneladas de roca basáltica. No podían equivocarse, ni tenían una segunda oportunidad, porque tallaban un templo monolítico con símbolos y figuras de los Puranas vedas. Su santuario tiene en el lado izquierdo imágenes de divinidades Shivaistas y en el derecho Vishnuistas, que una vez estuvieron estucadas y pintadas de vivos colores. Tiene 5 templos dedicados a Parvati, la esposa de Shiva, a Ganesha, su hijo, a Rudra -la divinidad del viento de muchos rostros, Saptamatri -las siete madres- y a Chand, el demonio hermano de Munda que Parvati mata.
Los 5 templos jainíes, que fueron los últimos tallados en Ellora entre el año 750 y 950 DC. revelan su filosofía de no violencia, su estricto ascetismo, la tradición jaín y su arte tremendamente detallado como un encaje, que revela su creencia en la igualdad de todas las formas de vida.