Usas tu más grande poder sanador cuando agradeces las dificultades que te permiten localizar y erradicar las falsas creencias y las falsas conductas que generan esas dificultades. Cuando agradeces los problemas dejas de quejarte, no te crees víctima ni generas rencor y resentimiento hacia el presunto causante de esos problemas, sabes que tu ignorancia los atrae para que puedas convertirla en sabiduría. Cuando agradeces en alta consciencia desaparece la falsa creencia en la injusticia y aceptas la escasez, la enfermedad o la soledad como correspondencias que te permiten aprender a evitar que se repitan. Estado de consciencia que te permite agradecer las oportunidades que te da la vida para servir incondicionalmente en la función que te correspondió.