Estado natural del Amor y del Ser, imperturbable ante lo que la ignorancia diga o haga, en no-juicio y respeto por el libre albedrío de los demás para cometer los errores que necesitan para aprender. Estado de paz interior, plena satisfacción y alta consciencia que permite ser testigo de sí mismo, relacionarse armónicamente sin crear conflicto, ni perder energía vital, buscando acuerdos y consenso.